Cada vez escuchamos más las múltiples propiedades y beneficios de las semillas de sésamo, sin embargo no siempre conocemos el verdadero alcance de sus cualidades ni las formas y cantidades en las que podemos tomarlo para potenciar estos beneficios.
Las semillas de sésamo contienen una amplia variedad de principios nutritivos de alto valor biológico. Tienen un 52% de lípidos, de lo cuales el 80% son ácidos grasos insaturados, principalmente omegas 6 y 9, lo cual les confiere una gran eficacia en la regulación del nivel de colesterol en sangre. En la sangre mantiene disuelto el colesterol, evitando así su depósito en las paredes arteriales (arterio-esclerosis).
El sésamo tiene un 20% de proteínas de alto valor biológico y es rico en vitaminas B , E, y minerales. Los antioxidantes del sésamo han demostrado producir los siguientes efectos: retardan el envejecimiento celular, prolongando la vida útil de las células; actúan contra hongos y bacterias; inhiben el desarrollo de células cancerígenas; poseen acción antiparasitaria; eliminan radicales libres, interrumpiendo procesos de oxidación celular. Completa la riquísima composición del sésamo, su excelente calidad de fibra. Además de la fibra insoluble, están los mucílagos presentes en la semilla, los cuales le confieren una suave acción laxante y un importante efecto protector de la flora intestinal.
Propiedades del sésamo
El sésamo es alcalinizante de la sangre, energético, mineralizante, reconstituyente muscular y nervioso, potencia la memoria y las facultades intelectuales. Está recomendado para estados de carencia como puede ser la osteoporosis, pérdida del cabello, caries, encogimiento de las encías y debilidad pulmonar.
También resulra beneficioso para combatir problemas nerviosos como el agotamiento, estrés, pérdida de memoria, depresión, irritabilidad o insomnio siendo también un excelente complemento nutritivo para personas sometidas a gran actividad mental o intelectual.
El gomasio en la dieta
Una de las mejores formas de consumir el sésamo es triturando la semilla y mezclarla con sal marina en lo que se conoce como gomasio. La preparación de las semillas de sésamo en casa es sencilla y rápida. Es más apropiado comprarlas crudas (naturales), limpiarlas para eliminar las impurezas que puedan tener y tostarlas ligeramente antes de consumirlas. A continuación, se escurren y se esparcen para tostarlas en la bandeja del horno o en una sartén, donde resulta más fácil controlar el grado de tueste.
Hay que calentar la sartén sin aceite, añadir las semillas y remover de forma constante para que no se quemen. se sabe que están en su punto cuando se aplastan sin dificultad con una presión mínima de los dedos y han adquirido un ligero tono marrón. Para triturar las semillas utilizaremos un mortero con estrías llamado suribachi y una vez abiertas las semillas añadiremos la sal.
La proporción de sal marina y semillas de sésamo varía aunque como medida estándar podríamos agregar una cucharada de sal por cada 10-15 cucharadas de semillas tostadas. Seguimos triturando hasta que la sal se impregne bien con las semillas. Podemos guardar el gomasio en un bote hermético durante unos 10 días.