Según diferentes estudios una de las propiedades más relevantes de las algas es su poderoso efecto antioxidante, por tanto tanto ingeridas como por vía tópica son un remedio fabuloso para recuperar la elasticidad, el brillo y la firmeza de la piel.
Más en concreto el alga wakame contiene una gran cantidad de compuestos naturales que ayudan a evitar los daños producidos por los radicales libres, principal causa del envejecimiento de la piel. Ya desde la antigüedad este alga se utilizaba para curar las quemaduras por su gran poder regenerante.
Empleo en cosmética
Hoy en día podemos encontrar montones de productos cosméticos de importantes marcas que en su composición incluyen el ácido hialurónico, que es exactamente uno de los que nos proporciona este alga en cuestión, pero que además de ser muy caros, no son tan efectivos como los naturales a base de wakame.
La mejor manera de aprovechar los beneficios de este alga para mejorar nuestra piel es hacernos un gel casero. Es muy sencillo, lo primero es rehidratarla durante unos quince minutos, a continuación la ponemos a cocer con agua (no mucha, únicamente que las cubra), cuando ya estén listas, las trituramos con un pasapurés (no con batidora) y dejamos enfriar. Podemos añadir al compuesto un poco de glicerina para darle una textura mas suave
Podemos guardar el producto resultante en un tarro hermético y estéril de cristal y aplicárnoslo todas las noches durante media hora, o bien congelarlo en cubiteras de hielo e ir usándolo cuando notemos la piel más seca o tirante.