La espelta además de servirnos como alimento tiene otra utilidad muy interesante que es la de ser un producto perfecto para rellanar cojines o almohadones, dado su alta capacidad para transpirar, mantener la temperatura y su escasa deformabilidad.
En este artículo vamos a ver como además de aportarnos confort, podemos usar la espelta para rellenar fundas más grandes que nos sirvan para aliviar dolencias de partes del cuerpo más allá del cuello, como por ejemplo las piernas y la espalda. Estas almohadillas son alargadas y enrollables, de tal manera que adaptan con facilidad a cualquier zona que podamos tener resentida.
Terapias de frío y calor
Podemos usarlas como terapia de frío o calor, ya que hay que tener muy en cuenta que dependiendo de la molestia o la lesión, unas se aliviarán de una forma o de otra. Por ejemplo si tenemos dolor de lumbares lo mejor es antes de extenderlas en el lugar donde vayamos a reposar, calentarlas, bien con la plancha o bien colocándolas un rato sobre un radiador, y una vez calentitas tumbarnos sobre ellas ya que la espelta conservará perfectamente la temperatura y hacer que cualquier contractura o pinzamiento se vaya calmando.
En cambio si de lo que adolecemos es de un golpe en la rodilla o en el tobillo, con la consiguiente inflamación, lo mejor será enrollárnosla sobra el lugar en cuestión, pero en frío, y para ello la deberemos meter un rato dentro de la nevera y cuando estén frías proceder a colocárnosla. Por supuesto, deben estar rellenas de espelta con cáscara, ya que sino no cumplirán su función
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