Las pechugas de pollo se caracterizan por ser una de las partes del pollo más tiernas. De ahí que sean muy utilizadas a la hora de elaborar deliciosas recetas. En el caso del pollo ecológico, no hay duda que nos encontramos incluso ante una carne de mejor calidad, con una mejor textura y sabor.
La pechuga es una de las partes del pollo, junto con los muslos, más utilizadas a la hora de elaborar exquisitas y maravillosas recetas. De hecho, ya en ocasiones anteriores te hemos hablado de las siguientes recetas:
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Pechuga de pollo empanado
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Pollo al limón
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Brochetas de pollo ecológico con piña
No hay duda que a la hora de preparar o cocinar la pechuga, una de las mayores preocupaciones es que ésta quede dura, por lo que al final puede ser difícil o incluso molesto comerla.
Suele ser difícil, aunque en muchas ocasiones no solo depende la forma de cocción, sino también la calidad de la carne de pollo que compremos (en este caso la propia pechuga).
Pero existe un truco sencillo para evitar que quede dura: empaparla en leche durante 10 minutos.
¿Cómo evitar que la pechuga de pollo quede dura?
Para conseguir que la pechuga no se endurezca, sobretodo a la hora de cocinarla, lo mejor es hacerte con un cazo o tupper y añadir leche (puede ser entera o desnatada).
Una vez hecho esto, añade la pechuga de pollo. Puedes salpimentar al gusto (esto es, añadir sal y pimienta), para aportarle un mejor sabor a la carne.
Déjala en reposo durante un cuarto de hora. Luego podrás prepararla.