Macrobiótica
Una dieta macrobiótica debería estar compuesta por los nutrientes que nuestro organismo necesita para conseguir una buena salud tanto física como mental.
Como ya sabemos la filosofía macrobiótica no solo depende de la alimentación cuadriculada de los porcentajes de los alimentos. Además hay que tener en cuenta en la estación del año que nos encontramos, los tipos de cocción, el corte de las verduras y la constitución de cada persona entre otras cosas.
Hay que dedicarle tiempo al autoconocimiento y el deber de hacernos cargo de nuestra propia salud es un aspecto básico para que un cambio en la dieta sea duradero.
Proteína vegetal
Un buen comienzo en este tipo de dieta es ir añadiendo a tu alimentación diaria cereales integrales en grano, proteína vegetal como legumbres, tofu y tempeh y conocer las algas y los alimentos fermentados.
Este comienzo nos acercará rápidamente al entendimiento de qué es lo que nosotros necesitamos para alcanzar una buena armonía con la naturaleza que nos rodea, teniendo como regalo una vida activa, enérgica e inteligente.
Un menú macrobiótico debe contener
- Sopa, caldo o crema de verduras (con miso)
- Cereal integral en grano
- Legumbre o proteína vegetal
- Verdura escaldada
- Algas cocinadas con el resto de los alimentos
- Vegetales fermentados como pickles o prensados.
Es importante que nuestro plato contenga todos los elementos y que estén bien equilibrados, pero como digo esto es algo que se puede aprender con el tiempo, en un curso o notando las necesidades de cada persona en cada momento